EL TERRRITORIO COMO CONSTRUCCION SOCIAL

EL BARRIO PEREIRA: DE LA PERIFERIA A LA REALIDAD SOCIAL

ANALISIS DESDE LA MIRADA DE FALS BORDA DEL TERRITORIO COMO CONSTRUCCION SOCIAL

 Por: Edwin Mauricio López García

         Yaico Gildren Hoyos Clavijo

Resumen: Por medio del concepto del territorio como construcción social elaborado por el sociólogo Orlando Fals Borda, damos una mirada al Barrio Pereira para dilucidar el proceso social ocurrido allí y como éste sirvió de base para la apropiación y el uso del territorio donde hoy se encuentra ubicado, teniendo en cuenta no sólo el espacio geográfico sino también el tiempo transcurrido desde su fundación y a su vez las relaciones interhumanas de los habitantes del sector.

Introducción

El barrio Pereira está ubicado en la parte sur de la ciudad de Pereira, capital del departamento de Risaralda, el asentamiento de los primeros pobladores se dio aproximadamente entre los años 50 y 60 del siglo XX, y a partir de allí comenzó un proceso que al final lo convirtió en una realidad. Con el objetivo de darle una dirección clara y concisa a este análisis territorial sobre el barrio Pereira, se hace necesario enfocarnos en el siguiente concepto de Fals Borda:

“Para fines de nuestro estudio, que se refiere a espacios/tiempos con expresiones de vida o afectados por la actividad del ser humano, el análisis mecanicista o newtoniano no es aplicable. Acá es necesario derruir la idea clásica y concebir el espacio como un ente flexible y variante, con impulsiones que van y vienen, no sólo por el principio antrópico sino por el de la construcción social”[1].

A través de éste concepto disponemos de un lente, con el que podemos observar de forma diferente la realidad de un territorio; no simplemente como un sitio geográfico donde habita cierta comunidad sino como un lugar provisto de múltiples relaciones entre dicho territorio y los seres humanos allí asentados. De esta manera convergen de una manera incluyente, varios aspectos determinantes para comprender la apropiación y el uso dado al territorio por parte de sus habitantes; y en ellos encontramos el espacio, la historicidad y el ser humano. Estos tres elementos interactúan de forma dinámica por medio de tensiones que dan paso a la construcción social, Fals Borda lo reseña de la siguiente manera: “Esta concepción más realista va ligada a expansiones y contracciones históricas y demográficas relacionadas con las necesidades colectivas. De allí se deriva la sensación vivencial y temporal que se experimenta con el espacio”[2].

Barrio Pereira: Periferia, desatención del Estado e intereses económicos globales.

En la construcción social del barrio, se puede identificar inicialmente el proceso de expansión urbana desde sus límites originales hacia las afueras de la ciudad. Aquí se pone de manifiesto la llegada de los fundadores, quienes se apropiaron de forma legal o ilegal (adquisición o invasión) del espacio geográfico con el propósito de llegar a ser parte de la vida citadina. Y allí en esa periferia que se va construyendo alrededor de la ciudad, surge la lucha de los nuevos pobladores por el aseguramiento de las necesidades básicas para su supervivencia, por tener acceso a los servicios públicos, a la educación, a la salud, al transporte público, al  trabajo, a la seguridad. En el caso del Barrio Pereira, los pobladores fueron quienes a través de su propia iniciativa, se dieron a la tarea de abastecer sus propias necesidades, y por medio de convites aunque de forma deficiente suplieron las carencias de su entorno social. Esta realidad aunada a una precaria atención por parte del Estado, donde gradualmente se suplió al barrio de los servicios públicos y se dio la canalización de una quebrada que pasa por este territorio, pero no se garantizó en muchos casos el acceso a la educación, a la salud y al empleo, sirvió de punto de partida para que la marginalidad se abriera paso entre los habitantes del barrio, configurándose así ciertas actividades como la delincuencia, el tráfico de estupefacientes, y el empleo informal como caminos recurrentes para sobrevivir. Así, la visión estática de los gobernantes respecto al territorio, donde se niegan múltiples libertades, conlleva a la formación de una realidad social que quienes detentan el poder se niegan a aceptar. Esto va de la mano del pensamiento de Fals Borda cuando concluye lo siguiente: “El modelo vertical, autosuficiente y mecanicista de Estado-nación, asociado al imaginario newtoniano de espacio/tiempo como un bloque estático e intangible, ha limitado severamente la comprensión de los procesos de base sociales implicados en el ordenamiento y uso de los territorios”[3].

En este análisis también es pertinente explicar el papel que juegan los intereses económicos en el ordenamiento territorial, Fals Borda nos explica: “Este papel (distribución del espacio) está pasando o ha pasado parcialmente a otro grupo de dirigentes conformado por grandes empresarios capitalistas y comunicadores apoyados por una élite tecno-científica, todos articulados desde y por el mundo occidental (euro-norteamericano) dominante”[4]. La implicación de estos intereses económicos se ha hecho evidente en la construcción de conjuntos cerrados alrededor del Barrio Pereira como son Los Almendros y Verona, los cuales fueron proyectos desarrollados por empresas del sector privado; también es prueba de ello la llegada de las llamadas grandes superficies, aledañas al sector se encuentran el centro comercial La 14, el centro comercial regional Ciudad Victoria y los almacenes Éxito; y a su vez es patente la intensificación de la actividad bancaria a través del crédito financiero. Todas estas situaciones reseñadas anteriormente han reformado las relaciones existentes entre los habitantes del barrio con su territorio, modificando su cotidianidad, su estilo de vida, sus desplazamientos, etc.

Conclusión

Como punto final del presente análisis, podemos concluir que en la interpretación del territorio se hace imprescindible, entender el papel decisivo que opera por medio de los seres humanos sobre el uso del espacio a lo largo de un recorrido histórico. Esto es importante sobre todo, por que dicha concepción nos muestra una realidad que es viva, que se mueve y en la cual ocurren cambios constantemente, ya lo dice Fals Borda: “El concepto de ordenamiento territorial que aquí elaboro, sin desconocer los tres pilares discutidos por los clásicos (el político-administrativo, el geo-político y el ambiental), se refiere a políticas macro de amplia visión estatal basadas en la epistemología del territorio y en la humanización de las relaciones en el tiempo/espacio”[5].  Dicho esto, ésta nueva apropiación del concepto del territorio como construcción social, nos permitirá concebir al mundo de una forma diferente y de esta forma abrir nuevos canales para construir una realidad transformada donde cada voz y cada pensamiento tenga cabida, por que se hacen necesarios cambios en las políticas actuales de ordenamiento territorial para que estén al servicio de las libertades y los intereses de los seres humanos y no en pos del desarrollo económico propuesto por las potencias eurocéntricas.

BIBLIOGRAFIA

FALS BORDA, Orlando.  El territorio como construcción social. Revista Foro; 2000. Pág. 45-51.

---

[1] FALS BORDA, Orlando.  El territorio como construcción social. Revista Foro; 2000. Pág. 45.

[2] Ibíd., Pág. 45.

[3] Ibíd., Pág. 47.

[4] Ibíd., Pág. 47.

[5] Ibíd., Pág. 57